Gilbo

El Cervino de Riaño es una montaña que, pese a no ser de las más altas de la zona, tiene una merecida fama. Su espigada silueta e impresionantes vistas hacen de ella una cota de obligada ascensión si pasamos por la zona; si además contamos que en su pared Sur se levanta una decena de vías de escalada de grado diverso, ya tenemos otro motivo para acercarnos aquí.

Aquí proponemos la escalada a una de las vías más fáciles, La Curva de Gauss, obra de Tino Núñez. Es una vía irregular, ya que en la parte media un largo tramo de tumbadas terrazas herbosas rompen la continuidad del itinerario y hacen perder el ambiente de la vía, cosa que en las vías más difíciles de la derecha no ocurre. Sin embargo, el buen y mantenido primer largo, y sobre todo los dos finales, con pasos entretenidos y estéticos pero fáciles, compensan algo el pesado tramo intermedio. Salvo un par de clavos en la parte final, no hay equipamiento fijo en la vía. Algunos puentes de roca están ya enhebrados, lo que nos ayuda a reconocer el camino y nos sirven para asegurar y montar reuniones, por lo que debemos subir cordinos suficientes. Un juego de fisureros variado, con friends medianos y grandes, es el resto de material obligatorio a subir. No es necesario subir material de rápel, ya que se baja andando e incluso en la parte media de la vía hay escapes fáciles remontando a la arista cimera.

El acceso se hace desde Horcadas, pueblo a un lado de la carretera entre Riaño y Cistierna. Desde la iglesia parte una pista que a los pocos metros tiene un cruce a la derecha. Por aquí vamos. Durante meda hora, nos vamos acercando a la base del pico, pasando al lado de un rellano con abrevadero. Al poco rato, vemos una traza de pista menos marcada a la derecha, que va directa al Gilbo, Por aquí subimos y llegamos al pie del pico, remontando las laderas finales hasta los pies de la vía en una hora más o menos de entretenido paseo desde el pueblo.

Para reconocer el inicio de la vía, debemos fijarnos en un característico cuerno anaranjado, con un árbol unos metros por debajo. Remontando un corto muro (IV+) llegamos al inicio de una canal (II+). Ahora, dejamos ésta a la izquierda y trepamos por un sistema de grietas y agujeros hasta llegar a las cercanías del árbol en un tramo moderadamente fácil (V-) que se protege bien. Ahora, encaramos otra fisura diagonal que termina en unos pasos de adherencia hasta un buen puente de roca, que es el tramo clave de esta tirada (IV+/V). Pasando el puente, la dificultad decrece cuando llegamos a la zona de terrazas. Buscamos un puente de roca o algunas fisuras para hacer el relevo (unos 55 metros).

El siguiente tramo es una pesada remontada por las viras y terrazas pedregosas, con cortas pesadas que no alcanzan al III grado salvo que vayamos buscando las dificultades, sobre todo por las llambrias de la derecha, aunque hay que desviarse algo de la vía. Este tramo, sobre 80 metros de longitud, puede hacerse en ensamble o en dos tiradas sencillas. Arriba a la izquierda vemos el escape  que nos dejaría en la arista; por debajo de él debemos lacear bloques para montar relevo. Nos aupamos a la inclinada llambria que se levanta a nuestra derecha, en una travesía ascendente (IV) que nos deja en el inicio de una fisura horizontal donde usar todos los friends grandes (III+). Pasamos por encima de un árbol y seguimos hasta que la fisura se extingue y entramos a una pequeña terraza (un corto paso de IV). Encontramos un clavo justo antes y otro en ella, que usaremos para reforzar la reunión (50 metros).

Finalmente, encaramos el largo final. Atacamos el diedro de la izquierda, que arranca donde estaba el clavo anterior (IV). Por su lado izquierdo es liso, permitiéndonos sólo apoyar los gatos, pero con abundante presa de manos a la derecha. Tras él, una corta placa de adherencia (IV+). Podríamos salir fácilmente a la izquierda, pero afrontamos un vertical muro, que asusta pero tiene buena presa (IV+) para salir ya a la arista. Esta tirada es corta, poco más de 25 metros, y se protege muy bien, como es la tónica general de la vía. Arriba, laceando bloques, montamos la reunión final. Caminando hacia la derecha por la delgada y aérea cresta final, con un paisaje de ensueño por encima del pantano y rodeados de montaña, llegamos en un par de minutos a la cima.

Para bajar, volvemos hacia atrás, donde terminamos la vía (podemos dejas las cosas aquí) y seguimos un rato más. La arista se ensancha y vamos tranquilamente cerca de ella hasta un punto, en una leve brecha, donde gira a la izquierda y baja a la vertiente Sur (jitos). Aquí, por una ladera pedregosa, vamos bajando con cuidado. Después la senda, ya más clara, gira a la izquierda, pasa por debajo de las vías de escalada y nos deja otra vez en los prados, donde cogemos el camino de subida para volver a Horcadas.

Suerte en la escalada y disfrutad de las vistas. Un saludo del Maquis.