Feriona

Sobre el pantano de los Barrios de Luna, entre paredes y vías más concurridas, la Peña Los Llanos llama la atención según nos acercamos a Asturias por la autopista del Huerna. Aquí, en los últimos años, se han abierto vías deportivas y alguna de aventura muy interesantes, que merecen la pena el acercarse a gastar un poco los gatos en la espectacular caliza leonesa. La vía en cuestión fue abierta por Carlinos y Fernando (no tengo los apellidos a mano) en Octubre de 2007, en estilo deportivo, ya que los largos más difíciles están completamente equipados; con algún distanciado, hay que tener en cuenta que no estamos en terreno de escuela. Necesario subir una docena de cintas al menos, fisureros para algún paso con las chapas alejadas y los largos desequipados de la parte superior, cintas o cordinos para reuniones y las zapatillas para el destrepe, o bien los descensores si queremos bajar rapelando. Aunque sea una vía equipada, el casco sigue siendo imprescindible, ya que en ocasiones encontraremos alguna roca suelta.

Para llegar a pie de vía nos salimos de la autopista en la salida de los Barrios de Luna, y tiramos dirección Este. Nada más cruzar el embalse, aparece el desvío a Caldas de Lunas, por el que nos meteremos. Por la carretera, rápidamente llegamos bajo la peña, con aparcamiento a ambos lados. Ahora, salimos por una corta pista que nos deja en una cuadra, y seguimos en diagonal a la derecha, ganando poco a poco altura, para acercarnos al pie de vía. La mejor orientación para adivinar su arranque lo tendremos en las inconfundibles y evidentes placas del tercer y cuarto largo. Desde el coche, unos 20-30 minutos de paseo tranquilo.

La primera tirada arranca plácidamente, con pasos de IV grado. Al poco, nos sumergimos en placas de adherencia, equipadas con parabolts, con pasos mantenidos de V+ que nos dejarán los gemelos a caldo. El largo sube con tendencia a la derecha, hacia un paso entre dos desplomes en cuya salida está la amplia primera reunión (55 metros, parabolts con anillas) El segundo largo arranca de frente con pasos fáciles, toma levemente rumbo a la izquierda y cruza un par de placas de adherencia, con un paso de V-V+ antes de llegar a la segunda reunión en una cómoda terraza (otros dos parabolts y otros 55 metros)

Los dos siguientes largos cruzan la gran placa de adherencia que diferencia a la vía, directamente hacia arriba. La tercera tirada nos depara pasos de IV y V antes de dejarnos en una incómoda reunión colgados en mitad de la placa (parabolt con anilla y sin ella, 55m) La cuarta tirada comienza en unos metros limpios que podemos proteger con algún friend o fisurero y sigue (asequible, IV) a buscar el resalte que cierra la placa por encima de nuestra cabeza. Éste nos depara un par de pasos atléticos para superarlo, pero con buen canto para tirar (3 metros, V+, un parabolt lo protege) Seguimos tras él unos metros y encontramos la cuarta reunión junto a unos pinos (55 metros, otros dos parabolts)

Aquí pareciera que termina la vía; nuestra intuición podría hacernos seguir caminando de frente hacia arriba. Sin embargo, debemos hacer una travesía horizontal a la izquierda, a buscar un fino espolón en esa vertiente que seguiremos hasta su final. Vamos caminando los primeros metros, y después remontamos (IV-, un par de parabolts nos sirven de guía) hasta encontrar la quinta reunión (55 metros, una chapa con cintas rojas) El sexto largo sigue de frente para superar un nuevo resalte, más fácil que el anterior (3 metros, V-, un parabolt en su inicio) Ya no encontraremos más chapas hasta la siguiente reunión, donde hay un solitario parabolt (50 metros) El séptimo largo es de puro trámite, una larga tirada de II que nos deja al pie del pequeño torreón final (otra chapa en la reunión, 60 metros)

La última tirada nos depara la mayor dificultad de la vía... Pero ¡ojo! ya que no es para nada obligatoria. Tanto si salimos para remontar directamente el espolón (salida directa, limpia de material) como por la derecha (un parabolt, hay que hacer bastante travesía) podemos evitar este tramo (V, estimamos) Si queremos seguir la vía hasta el final, debemos ir un poco a la derecha a buscar una amenazante placa de adherencia, equipada eso sí con cuatro buenas chapas. Unos pasos de decisión, utilizando mínimas fisuras invertidas para las manos y la pura adherencia en los pies, con la chapa algo abajo y a la izquierda, nos sacan de la placa para, salir unos metros después al final del torreón y de la vía. Un nuevo parabolt marca el final de este gran recorrido (35 metros de largo y 420 totales)

Ahora queda el descenso. Cabe la posibilidad de destrepar la torre final y buscar un descenso hacia el Este entre llambrias y cortos destrepes; en nuestro caso, rapelamos el final de vía hacia la vertiente Este, abandonando cordinos ya que la reunión final no está preparada para el rápel. Por terreno fácil, pedrera y placa tumbada, descendimos a buscar los pinos que marcaban el punto donde se encontraba la cuarta reunión. Ojo con despistarse, que nos jugamos el despeñarnos si nos pasamos de este punto. Desde esta reunión, nos quedan cuatro rápeles casi a tope de cuerda, acabando el primero en una reunión colgada bastante exigua y siendo el resto bastante cómodos. Así, llegaremos al pie de vía. Evidentemente, si hay tráfico o somos una cordada numerosa, es mucho mejor buscar el itinerario para descender andando, que nos llevará lo mismo o incluso menos que los rápeles.

En resumen, que he aquí una vía de envergadura, a pesar de lo que pudiera parecer vista desde lejos. El buen equipamiento no nos debe hacer olvidar que es un itinerario de montaña, con pasajes algo más difíciles e incluso alguno un poco delicado, y con un descenso largo. No subestiméis la vía y dedicar la jornada a disfrutad de este descubrimiento en la excelente roca local. Suerte y un saludo del Maquis.