Urriellu-Pidal

La primera. Con esta vía, Gregorio Pérez y Pedro Pidal inauguran, no sólo la ascensión a este totémico monolito asturiano, sino también la historia de la escalada en España. El 5 de Agosto de 1904, un marqués y un cainejo subieron atados el uno al otro con una cuerda de cáñamo, uno con alpargatas y el otro descalzo hasta la cima. Por si sonara a poco esta gesta, destreparon por la misma vía sólo descolgándose en los pasos más complicados. Hay que sumarle a ésto la travesía y las ascensiones que hicieron días antes, y la realidad que el acercamiento a las cimas era de aquella mucho más exigente que en la actualidad. Todo lo que rodea a la primera del Picu suena a leyenda y épica, y merece ser conocido por cualquiera que guste de la montaña y sus historias. Repetir esta vía en estos días de deportistas hiperequipados y sobreentrenados es una lección de humildad, de admiración por aquellos pioneros que hicieron posible este capricho de burgueses del que disfrutamos. Gozarla en soledad es un lujo poco frecuente en nuestros días....

La vía es un prodigio de intuición y arrojo. Los dos primeros largos exigen buena navegación, y saber trepar sin posibilidad de asegurar en cexceso, como en los viejos tiempos. A partir del Hombro N, los clavos hacen su aparición, desvirtuando un poco el compromiso que en su día tuvo esta escalada. Material necesario para la escalada, son fisureros variados, cordinos y unas ocho cintas. Casco imprescindible, descensores también y cuerdas recomendadas de 60 metros (para los rápeles de la Sur, ya que ningún largo de la Pidal supera los 50 metros). La vía lleva su tiempo, y además no tiene escape sencillo, por lo que se recomienda ser prudente con los horarios y las condiciones.

Al pie de vía se accede desde la Canal de la Celada, pasando bajo la imponente cara Norte del Picu. Merece la pena detenerse a estudiar la pared y localizar una cueva en esta pared, ya que la primera reunión se hace justo bajo ella y los pasos en este tramo no serán visibles desde el arranque de vía. En la parte superior de la canal, caminamos hacia la derecha buscando la gran "Y", origen de las vías Schulze y Cepeda. Pasamos junto a esta gran laja hasta que la gran terraza finaliza, por encima del vacío de La Celada. Ya podemos preparar el equipo.

El inicio de vía, como comentaba anteriormente, requiere intuición para atinar bien con el recorrido. Además, las posibilidades de aseguramiento no son precisamente abundantes. Cada guía marca de una forma algo distinta el recorrido inicial, y yo me limitaré a señalar el realizado por nuestra cordada. Desde la terraza inicial, seguimos caminando unos pocos metros en horizontal, pasando bajo una pared amarillenta. Tras cruzar un casi imperceptible espolón, seguimos a la derecha, a través de muros de canalizos (III+) hasta llegar a la cueva y su terraza (puede haber clavos en esta reunión, posible reforzarla). La segunda tirada sale hacia arriba y a la derecha, atravesando la famosa Llambrialina. Es una inclinada placa de adherencia colgada sobre el vacío, cuya dificultad ronda el IV-. Debemos cruzarla en diagonal a la derecha, para trepar un corto muro (III) y encontrar la segunda reunión, con puente de roca y clavo.

Desde aquí, seguimos unos 80 metros caminando, primero en descenso y luego atravesando la pedrera del Hombro Norte, hasta dar vista a la Vega de Urriellu. Seguimos caminando hacia arriba hasta llegar al pie de la pared; podemos observar el resto del recorrido, ya más serio pero también más directo. Justo sobre el filo del hombro, podemos asegurar nuevamente y comenzar lo que sería el cuarto largo por la maciza pared, cuyos pasos andan por el IV grado. Algunos clavos nos evitarán el tener que enredar con los fisureros. A mitad de pared, a unos 30 metros, encontraremos un par de clavos que nos permitirían hacer reunión en una pequeña e incómoda repisa. Si seguimos sin montar reunión, un poco más arriba (más o menos otros 10-15 metros) salimos al final de la gran terraza-cornisa de la Norte, donde podremos emplazar una reunión más cómoda (la R4 del croquis). En cualquier caso, seguiremos por una evidente grieta que sale de esta terraza (IV), para dar vista a una serie de fisuras paralelas justo bajo la gran grieta por la que sube la vía. Por la fisura de la derecha (IV+) encontraremos algunos clavos.

Ahora, estamos ya en el inicio de la Gran Grieta Izquierda, y donde las dificultades son en teoría mayores. Montaremos reunión en un par de clavos, justo bajo un primer estrechamiento. También podremos gozar del patio, ya que es una sección con un ambiente extraordinario, dando vista al Jou Lluengu y la subida a la Vega de Urriellu. Con buena técnica de chimenea, ahora nos esperan un par de tiradas entretenidas para superar las míticas "Panzas de Burra". Salimos por el primer estrecho (IV, clavos) para llegar hasta la primera de ellas. Jugando con los pies en oposición, y buscando las presas más cómodas, superamos esta Panza (IV+) y encontramos a su fin una terraza con dos clavos donde montar otra reunión (35 metros). La grieta se ensancha y se tumba, pero nos espera otro largo donde tenemos que superar otro resalte, algo más difícil incluso que el anterior (V-). Sin embargo, por la parte derecha, podríamos evitar éste sin grandes problemas (IV/IV+) y acabar en otra reunión con dos clavos (45 metros). Aquí, la grieta definitivamente se tumba, y podemos progresar ya desencordados sin excesivo peligro (recomendable además para evitar la caída de piedras). Un largo tramo de trepada casi continua de II grado, por un terreno tumbado pero lleno de piedra suelta, nos dejará justo bajo la cima principal, en la cresta de la montaña. Unos pocos metros caminando y ya estaremos gozando de las vistas en la cumbre.

Para el descenso la mejor opción es utilizar los rápeles de la cara Sur, y esperar que no haya mucha cola. Descendemos por la cresta hasta el punto donde acabamos la vía. Un poco más adelante está la canal que baja al anfiteatro Sur(suele estar jitada, pero hay que poner atención). Seguimos destrepando la canal (II) y en su parte inferior torcemos a la izquierda para encontrar el primer rápel de la Sur Directa. Tras unos 40 metros, encontramos la segunda instalación en un nicho a la entrada del anfiteatro. Con cuerdas de 60 metros bajaremos en otros dos rápeles (uno a la terraza central y otro al suelo). Si dejamos material en el pie de la vía, podemos bordear la montaña para recogerlo. Si subimos con todo encima, ya sólo tenemos que volver a la Vega Urriellu por el mismo camino de ida.

De regreso, siempre podremos brindar a la salud De Gregorio Pérez "El Cainejo" y de Pedro Pidal. Un saludo del Maquis y buena suerte.